La metáfora de la flecha

La metáfora de la flecha

Recientemente se han acercado a mí ejecutivos y ejecutivas de nivel medio preocupados por el grado de estrés que se vive en las empresas que laboran.

Todos ellos coinciden en que la razón más importante por lo que está sucediendo esto, tiene que ver con la presión que ejercen sus jefes superiores con el fin de incrementar las ventas de la compañía. Siento temor de lograr la meta establecida para este mes ya que seguramente si lo logro, esto ocasionará en automático, un incremento de la meta para el mes siguiente sin tomar en cuenta ninguna otra variable como estacionalidad o condiciones de mercado.  Esto me comentó una gerente muy competente de una sucursal de ventas al menudeo a punto de presentar su renuncia debido al agobio de su jefa.

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Esta práctica común entre los propietarios de empresas y directivos de alto nivel, tiene que ver con la idea de que siempre se puede mejorar el rendimiento de una persona incrementando la presión que se ejerce sobre ella: “Entre más se tense la cuerda del arco más lejos llegará la flecha”. Ahora bien, debo confesar que los números no mienten, y que en la mayoría de los casos sucede lo esperado: las ventas aumentan. Sin embargo, la pregunta que deberíamos hacernos es: ¿A costa de qué?

¿Cómo nos afecta el estrés laboral?

Si bien es cierto que se ha satanizado el estrés haciéndolo ver como malo en toda circunstancia. Todos los estudios científicos apuntan a que las personas sometidas a estrés crónico sufren un mayor grado de deterioro de los sistemas inmune, cardiovascular, endócrino y digestivo. Además, influye en deficiencias en la gestión emocional que pueden propiciar depresión, ansiedad, trastornos del sueño y la alimentación y problemas relacionales con familiares, amigos y compañeros de trabajo.

En mi experiencia, cada vez es más frecuente que los directivos de las empresas cosifiquen a sus colaboradores convirtiéndolos en muchas ocasiones en una especie de recursos desechables, todo justificado por el enfoque obsesivo en el margen de utilidad.

Un equilibrio sano entre cuerpo, mente y espíritu siempre hará de una persona un ser más pleno y más productivo para sí mismo, su familia, la empresa en la que colabora y la sociedad en su conjunto.

Eric Mávic
Escritor, Conferencista y Terapeuta en Mindfulness
ericmavic.com
fb: @Meditacionycompasion

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