No existen emociones tóxicas, existen niveles tóxicos de emociones

Ninguna emoción es tóxica por sí sola, lo que las hace tóxicas es el nivel de emoción que experimentamos en cierta situación. Así como no podemos definir a una persona intoxicada por alcohol, al haber bebido una copa de vino, tampoco podemos definir los celos como una emoción tóxica cuando a lo lejos, observamos a nuestra pareja conversar, sin razón aparente, con una persona con quien pudiera tener cierta afinidad física.

Así como para los casos de abuso del alcohol, drogas, tabaco, sexo, comida, trabajo, etc. un punto de referencia para darnos cuenta si nuestro nivel de emociones es tóxico, es valorar nuestras relaciones interpersonales.

El primer paso para reducir o eliminar una adicción es reconocer que la padecemos. Lo mismo sucede con el nivel de toxicidad de nuestras emociones, para poder reducirlo, debemos reconocer y aceptar que somos víctimas de su exceso.

Para ello, podemos realizar el ejercicio de hacernos las preguntas siguientes, tomando en cuenta la relación que tenemos con otras personas ya sea a nivel familiar, laboral o social:

1.- ¿Tengo el deseo frecuente de no asistir a un lugar donde debo convivir con ciertas personas? Una reunión familiar o de amigos, el trabajo, etc.

2.- ¿Siento constantemente que la responsabilidad de mi malestar se debe a una o varias personas con las que llevo a cabo una determinada relación interpersonal? Compañeros de trabajo, familiares, etc.

3.- ¿Frecuentemente, al hablar con personas con las que convivo, me dirijo hacia ellas de una manera como no quisiera que se dirigieran hacia mí?

Una vez que identificamos si contamos con niveles tóxicos en nuestras emociones, una forma muy efectiva para reducirlo es la práctica de la meditación Mindfulness o de la atención plena. La meditación nos ayuda a conectar con nuestro Ser, llevándonos a niveles de consciencia más desarrollados y propicios para el bienestar.

Ninguna emoción es dañina para el ser humano, sin embargo, como dijera Santa Teresa de Jesús “No son buenos los extremos, aunque sea en la virtud».

Ing. Sergio Reyes.
Profesor en Formación de Mindfulness y Auto-Compasión (MSC por su siglas en inglés) por el Center for Mindful SelfCompassion. https://meditarte.mx

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