Tomar Decisiones ¿Una ilusión?

Tomar Decisiones ¿Una ilusión?

Tomar Decisiones ¿Una ilusión?. Es común escuchar frases como: “Es tu decisión si una persona te hace daño o no”, “es tu decisión si tienes éxito o no”, “es tu decisión si eres feliz o no”. Una muy común dice algo como esto: “Si una persona intenta humillarte con palabras ofensivas, es tu decisión que esas palabras te dañen o no”. Todos contamos con el mismo abanico de posibilidades cuando debemos responder a una situación en la que sentimos que alguien intenta menospreciarnos.

La ira, el odio, la vergüenza, la tristeza, el resentimiento, el perdón, la compasión o la indiferencia son algunas de ellas. Tal vez sea fácil opinar o pensar cómo debería de responder una persona ante una situación de este tipo; sin embargo, es mucho más complicado decidir la respuesta adecuada cuando tú eres quien se encuentra atrapado o atrapada por la emoción.

¿Decidir sin emoción?

Desde la ilustración, seguimos obsesionados con la idea de que para decidir lo correcto solo hay que entenderlo; y tal vez sea cierto cuando se trata de resolver un problema matemático, pero tratándose de decisiones en donde se involucran emociones como el amor, el rechazo o el resentimiento me parece que no es tan sencillo.

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Si así fuera, bastaría con aprendernos de memoria cada una de las “frases matonas” que leemos todos los días en redes sociales. La gran mayoría de las ocasiones los seres humanos decidimos a través de las emociones y no a través de la razón. Como diría el maestro Daniel López Rosetti: “No somos seres racionales… Somos seres emocionales que razonan”.

Un camino a la toma de decisiones

Neurológicamente, cuando recibimos un estímulo a través de los sentidos, existe un camino predeterminado para procesar la información antes que seamos conscientes de ella. Uno de los primeros sitios en el que se reciben estos datos es la amígdala, una parte del cerebro en el que se procesan las emociones. En esta fase inicial también intervienen el hipocampo y la ínsula, partes del cerebro relacionados con la memoria y las sensaciones corporales.

Lo interesante, es que todos esto sucede al menos un cuarto de segundo antes de que esta información llegue a la corteza cerebral quien es la encargada finalmente de realizar el proceso de decisión cognitiva. Es por esta razón, que es fundamental desarrollar nuestra inteligencia emocional y no solo nuestra inteligencia cognitiva.

Decisión personal

El concepto de felicidad como parte de una decisión meramente personal y cognitiva es útil. Sin embargo, puede ser causa de frustración y menosprecio por nosotros mismos si no contamos, además, con las herramientas emocionales suficientes.

No es sencillo estar satisfecho con nuestra vida si concluimos que la razón más importante por la que no podemos ser felices es porque no contamos con la determinación y el coraje necesarios, en pocas palabras, porque no hemos tomado la decisión de simplemente hacerlo.

Eric Mávic
Escritor, Conferencista y Terapeuta en Mindfulness
ericmavic.com

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