Tal vez el concepto más importante para los seres humanos en la actualidad es de la felicidad, a tal grado que la mayoría lo considera como el fin último de su existencia.
¿Qué es la felicidad?
Si definimos la felicidad como un estado de satisfacción, bienestar y seguridad; cuando somos bebés y antes de tener consciencia de nuestra existencia, experimentamos diariamente momentos de felicidad, así como de infelicidad.
Cuando un bebé tiene hambre, si no lo atendemos, vive un episodio de profundo malestar e inseguridad. Su estrés se incrementa, su respiración se acelera he inevitablemente suplica por el alimento que lo mantenga vivo a través de ese grito tan conmovedor como desesperante que conocemos como llanto.
¡Nadie podría decir en ese instante que ese bebé es feliz! Sin embargo, al introducir el biberón en su boca todo cambia drásticamente, el ambiente se serena. Se convierte en un estado pleno de bienestar solo superado por el momento en el que se siente satisfecho y se queda plácidamente dormido.
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Este suceso que todos experimentamos al inicio de nuestra existencia, ¿nos brinda la respuesta a la pregunta de por qué queremos ser felices?, ¿es la felicidad realmente el fin último de la existencia del ser humano?, ¿existe un objetivo más allá de la felicidad?
La confusión
Una vez que crecemos, que nuestra genética se desborda y que nuestra mente se atiborra de conceptos y preceptos, ya no es suficiente con saciar el hambre para ser feliz. ¡La situación se vuelve más compleja! Toda la información contenida en cada uno de nosotros, tanto la heredada como la adquirida de manera consciente o no, da forma a nuestra propia conciencia.
Es aquí donde la confusión se incrementa, donde nuestro actuar surge de una mezcla de procesos rancios y nuevos. Es donde, paradójicamente, subsistir ya no es suficiente para ser feliz y ser feliz se percibe como condición indispensable para la sobrevivencia.
¿Cuál sería entonces nuestro deseo primordial: ser feliz o sobrevivir? Realmente es difícil elegir tan solo una de las opciones, pero si las circunstancias lo ameritan, sabemos que la gran mayoría de nosotros elegiría sobrevivir. Si ser feliz, como parece, no es el fin último del ser humano, ¿Cuál es entonces? ¿Podría ser el encontrar un propósito en la vida?
Eric Mávic
Conferencista, Escritor y Terapeuta Mindfulness