¿Amas o quieres?
¿Dónde está tu corazón, en lo que amas o en lo que quieres?
La ira
La interferencia de alguien en algo que queremos lograr y que es importante para nosotros, parece ser la causa más frecuente de ira. Si intentas arrebatarle la comida a un perro mientras se está alimentando, probablemente lo comprobarás de la forma menos apropiada. Comprender que un animal pueda sentir ira si se le despoja de su alimento es sencillo. Lo complicado para los humanos, es ser conscientes de que es lo que sentimos cuando interpretamos que alguien está interfiriendo en el logro de algo que en verdad nos importa. Aunque algunos podrían pensar que no se puede comparar la reacción instintiva de un animal no racional con un ser humano, las emociones primarias como la tristeza, el miedo y la ira son innatas e instintivas también en nosotros. Podemos ocultar, matizar, inhibir, gestionar o simplemente no ser conscientes de la ira, pero eso no significa que no la experimentemos constantemente. La ira, como todas las emociones, siempre intenta darnos un mensaje importante así que no debemos reprimirla, debemos identificarla y utilizarla a nuestro favor, pero sin sobre identificarnos con ella.
Sentir ira cuando algo nos importa
Decíamos que la ira, comúnmente, es una respuesta a alguien que percibimos que se interpone en el logro de algo que nos importa. Por ejemplo, para un padre es difícil lograr la felicidad de un hijo sin garantizar su seguridad física y emocional, y regularmente reaccionamos con ira cuando sentimos que alguien, o incluso ellos mismos, se interponen en el logro de ese objetivo. ¿Quién de nosotros no se ha molestado con un hijo al darse cuenta que hizo algo que puso en riesgo su seguridad? Por otro lado, ¿Se podría interpretar como una interferencia en el logro de algo que nos importa si percibimos que nuestra pareja nos es infiel? ¿Podríamos llegar a sentir que ese acto obstaculiza nuestro objetivo de tener una vida plena y satisfactoria?
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Es fácil suponer que sentiremos miedo si observamos que nuestro hijo se encuentra en algún tipo de riesgo. O tristeza, si descubrimos que nuestra pareja nos ha sido infiel, pero es muy probable que en ambos casos también experimentemos ira en algún momento. Nuestra familia es algo que nos importa y cualquier situación que percibamos como una amenaza para ella, seguramente nos causará sentimientos de ira.
¿Dónde está tu atención?
Si bien es cierto que no solo experimentamos ira cuando sentimos que existe una interferencia en el logro de algo que nos importa, en definitiva, es el motivo más común. Es por ello, que tal vez una pregunta que deberíamos hacernos constantemente es: ¿Qué es realmente lo que más me importa? ¿Los hijos, la familia, la pareja, el dinero, la posición social, el trabajo? A simple vista la respuesta a esta pregunta puede parecer sencilla. Sin embargo, para William James, uno de los padres de la psicología moderna, los seres humanos podemos decir una cosa y hacer otra diferente sin ser del todo conscientes de ello. Así que, según él, una reflexión muy útil para contestar de manera más precisa esa cuestión es: “Si quieres saber qué amas, pregúntate dónde está verdaderamente tu atención”.
Solo con el corazón se puede ver bien
Tu atención, consciente o no, siempre está en lo que más te importa. Mas no significa que sea lo que más amas. Creer que amamos cuando no es así, o definir las prioridades de lo que amamos equivocadamente es un error común. El secreto está en ser consciente de qué es lo que provoca tu ira para entonces descubrir dónde está tu atención. Y en ese instante de lucidez, no perder la oportunidad de preguntarle al corazón que es lo que más desea, qué es lo que verdaderamente ama. Como dijera El Principito: “Solo con el corazón se puede ver bien, lo esencial es invisible a los ojos”.
Eric Mávic
Escritor, Conferencista y Terapeuta en Mindfulness
ericmavic.com