¿Qué es la resiliencia? “Es la capacidad para soportar las crisis y adversidades de forma positiva, logrando recobrarse” (Decida ser Feliz P.24).
El término proviene de la física. Se aplica a la elasticidad de un material o cuerpo físico que tiene la capacidad de resistir golpes, choques o impactos fuertes y volver a la forma original.
La traducción de la expresión inglesa del término resiliencia corresponde a “Entereza”, es decir a la fortaleza o resistencia para salir airosos de las pruebas o golpes.
La Resiliencia en Psicología:
La psicología ha tomado el concepto de resiliencia de la física para identificar los procesos, fundamentos y condiciones que ayudan a los individuos y familiares a enfrentar con éxito la adversidad. Es percibir los problemas desde sus posibilidades de superación y de la reparación.
“La resiliencia es la capacidad humana para enfrentar, sobreponerse y ser fortalecido o transformado por experiencias de adversidad”.
La resiliencia es más que la aptitud de resistir a la destrucción, preservando la integridad en circunstancias difíciles, es la aptitud de reaccionar positivamente a pesar de las dificultades y la posibilidad de construir basándose en las fuerzas propias del ser humano.
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No es únicamente sobrevivir a pesar de todo, sino que es tener la capacidad de usar la expectativa derivada de las situaciones adversas para proyectar el futuro.
Se puede aprender a ser resiliente.
- Confía de manera positiva en tus habilidades. La autoestima fortalecida juega un papel muy importante en afrontar el estrés y recuperarse de acontecimientos difíciles.
- Encuentra un sentido y propósito a tu vida. Enfrentarnos a una tragedia o mal momento, nos motiva a buscar y a encontrar un sentido a nuestra existencia, lo que puede tener un papel muy importante en nuestra recuperación.
- Desarrolla una amplia y sólida red social: El tener personas capaces de dar afecto y soporte alrededor de uno.
- Acepta el cambio: Ser flexible es un parte muy importante de la resiliencia. Aprendiendo como ser más adaptables, estarás mejor, a la hora de responder a una crisis vital.
- Cultiva de manera activa tu optimismo: Permanecer optimista durante periodos complicados puede ser difícil, pero mantener un punto de vista esperanzado es una parte vital de la resiliencia. (PNL)
- Cuidarte de manera integral: Cuando estamos estresados es fácil que no nos cuidemos. Alimentación adecuada, Actividad física. Descanso adecuando.
- Sentido del humor: La predisposición optimista, positiva, encontrando lo cómico en medio de la adversidad fortalece las emociones.
- Proponte metas: Los momentos de crisis en ocasiones parecen irremontables. Las personas resilientes son capaces de ver estas situaciones de manera realista, y entonces se fijan objetivos razonables para afrontar el problema.
- Da pasos para solucionar el problema: El hecho de esperar a que pase la dificultad suele prolongar las crisis. En vez de eso, comienza a trabajar en resolver ese asunto de manera inmediata.
- Desarrollo de la esperanza: La certeza de un futuro mejor, fortalece el estado anímico. Si tienes confianza en la intervención divina es un plus a las virtudes anteriores.
Que pasa si no la desarrollamos
“Cuando no hay resiliencia, ante las crisis la persona se llena de temor, de ansiedad y de anticipación negativa. Sus pensamientos se vuelven sombríos y sus defensas se debilitan”. (Mente Positiva, pág. 244)
La salud emocional al mismo tiempo se puede fortalecer con la intervención Divina, el texto sagrado declara: “Porque no nos ha dado Dios, espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio” (2 Timoteo 1:7).
Estas sugerencias te ayudarán a tener un mejor estado emocional y alcanzarás un estado anímico más fortalecido. Por otra parte, lo que deseamos alcanzar es un estado de bienestar en nuestras vidas y eso es justamente la felicidad, recordando siempre que felicidad, empieza con fe.
Alejandro Benegas
Licenciado en Teología
Máster en Psicología clínica y de la salud
www.alejandrobenegas.weebly.com