By: Nallely Pimentel
Durante estos últimos 4 meses hemos lidiado con desafíos difíciles y complicados a partir de que la medida gubernamental de #QuedateEnCasa se activó a finales de febrero por parte de nuestros gobiernos estatales y autoridades locales en el sur de Arizona. A todos y a cada uno nos sometió en aprietos en el sentido de distintas actividades.
Como es en el caso de la práctica de nuestra fe. Nuestra práctica religiosa se vió ampliamente impactada por el hecho de lo que estas ceremonias implican, interacción el uno con el otro, el expresar compasión y caridad con actividades altruistas, pero además por el simple hecho de tener un templo o espacio de oración a dónde acudir.
Refiriéndonos al ámbito católico específicamente, las parroquias dejaron de operar por completo para dar paso a este distanciamiento social como parte de esta orden de prevención y prioridad de salud global.
Sin embargo, el debate continuo con nuestras autoridades federales que, si se debe o no reactivar los servicios del sector educativo, por ejemplo, o como el temor de la re- apertura de templos religiosos y de la práctica del sector eclesiástico ocurrido a mediados del pasado mes de mayo.
El riesgo de lo que esta situación implica incurre en la concientización de nuestras familias ya que nuestros gobiernos no tienen la respuesta idónea a esta Pandemia que garantice la seguridad de nuestra salud. Escuchar que no existe una vacuna, que no hay cura, no es nada alentador.
A pesar de toda esta controversia, la vida continua y nuestras autoridades de nuestras arquidiócesis con órdenes previas del vaticano emitieron las nuevas reglas de prácticas de fe a través de documentos oficiales que informan a nuestra comunidad de los nuevos ajustes y protocolos entorno a la práctica de la ceremonia de la misa dominical y como nuestras iglesias operaran de ahora en adelante con este distanciamiento social como parte esencial para reducir el riesgo de contagio de este virus del Covid-19.
Aquí les comparto algunos de estas medidas que se implementaran a partir de esta gran re- apertura de servicios en iglesias, así como en la práctica de nuestra tradicional misa de los domingos. Además, información oficial como parte del comunicado de algunos de nuestros párrocos locales. Esta guía, será de gran utilidad antes de que se lancen a acudir a alguna de las parroquias, templos o iglesias católicas de nuestra región.
Nuestro obispo Edward Weisenburger, nos informó de las nuevas disposiciones que se han dado en nuestra Diócesis de Tucson.
LAS TRES FASES.
Este plan consiste en 3 fases iniciando con la Fase Uno de este plan de reapertura Gradual de las Iglesias parroquiales y reanudación de la Vida Parroquial. Esta primera fase nos permite volver a la celebración pública de la misa dominical. Debemos ser prudentes y reflexivos en la forma en que llevamos a cabo la restauración de la vida parroquial pública. Estos protocolos desempeñarán un papel fundamental para ayudar a garantizar la salud pública, especialmente para los vulnerables entre nosotros. La presencia y asistencia a estos servicios religiosos públicos constituye su entendimiento y aceptación a este alto riesgo de lo que esto implica.
PROTOCOLO DE LA MISA DOMINICAL
- Evitar traer personas de alto riesgo consideradas vulnerables o con signos de asma o síntomas de alguna enfermedad.
- El sábado a las 4 p.m. habrá misas para los adultos vulnerables sanos mayores de 65 únicamente.
- Nuestras misas operaran a un tercio (1/3) de su capacidad en asientos dentro del edificio de la iglesia para asegurar un adecuado distanciamiento social. Para esta medida hay una registro online para reservar su asiento y controlar la entrada y el número de personas al templo. Asegura tu reservación en línea por internet el cupo es limitado.
- Se les pide que se registren en línea: algunas parroquias utilizan Flocknote y otras formas de redes sociales, esté pendiente cual es la aplicación que utilizan en su parroquia mas cercana.
- Se exige el uso de cubre bocas durante las Misas.
- Se suspende el uso de la hoja de lecturas, oraciones y cantos, así como la recolección de limosna durante la misa. Usted puede pedir un sobre especial para su donación para entregar en la oficina.
- La Santa Comunión se distribuirá sólo en la mano hasta que se levante la Fase Tres (3)
- Está prohibido tomar de la mano durante el Padre Nuestro o intercambiar el Signo de Paz por contacto físico.
- Proporcionaremos gel antibacterial para manos en las entradas de la iglesia. Especialmente en las zonas de alto contacto y riesgo. Los templos serán desinfectados entre una y otra misa en bancas o asientos.
Espero que estas directrices resulten útiles a medida que apliquemos los Protocolos de Fase 1. Todos contra el COVID-19.
Fuente: Parroquia San Martin de Porres
Rev. Martin S. Martinez, Pastor
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